“somos lo que el entorno hace de nosotros”…. “sólo podemos vivir en el mundo que nosotros mismos creamos”, y es que estamos creando mundos todo el tiempo…
“el mundo necesita una economía con rostro humano”….
La economía debe estar al servicio de los pueblos. Los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero. (…) Esta economía no solo es deseable sino también posible
Es bien sabido que los filósofos griegos como Sócrates y Aristóteles pensaron que la ética es un asunto de aprender a vivir bien. Esta se construye, es decir, que la vida ética no es un asunto que nos viene dado sino que implica una tarea.
Esta construcción se da a partir de una moral social heredada. Se requiere saber articular el sentido, las normas y las formas de vida de una sociedad, establecer cambios continuos de enseñanza e incorporar elementos para lograrlos. De ese modo, la vida ética crea un campo de realidad social. Así, los discursos éticos no sólo pueden pretender entender el estado moral, sino deben buscar el logro de una vida satisfactoria e equilibrada del ser humano, su relación con los otros y el ambiente.
Lo importante es dejar claro, que es un compromiso de todos, los cambios deben comenzar principalmente en nosotros mismos. Situación nada fácil pero posible en seres dotados de inteligencia y capacidad de razonamiento, como somos.
Oportuno es destacar la función esencial que cumple la Universidad en este compromiso que debe tratar de superar el enfoque de la “proyección social y extensión universitaria” como “apéndices” bien intencionados, para llegar a un enfoque holístico y asumir la verdadera exigencia de la Responsabilidad Social Universitaria que no es otra cosa que la formación de profesionales éticos.
En la Facultad de Ciencias Económicas, reflejamos nuestro compromiso con los otros y la comunidad a través de muchas acciones, entre ellas, coordinando a nivel local el Programa Amartya Sen (PAS), los invitamos a recorrer nuestra página e informarse de nuestra labor.